El temor profundo del hombre, sentido como ANGUSTIA (temor o pánico, es fácil confundir el estado; yo pienso (en principio) que lo primitivo es la angustia) se funda o se debe a la simultaneidad en él de la Infinitud y de la Finitud.
El Presente es inextenso. El ser del Hombre es Devenir. El Devenir no es “el futuro”.
Contexto social, sistema, ejecución de las políticas, son conceptos que remiten al individuo a su exterior. Lo relatado de las informaciones, es de ese exterior, único.
El Hombre debe salir de su condición animal y crear su Mundo histórico y hablante. Ponerlo en palabras en un discurso con sentido que habla de ese mundo y de él. Construir su Mundo histórico y hablante, es: ser constructor de la Cultura. Y eso es: de los artificios que usamos en el ejercicio de la Sociabilidad.
La desertización es peor que la destrucción. En la destrucción es posible la reconstrucción. En cambio: la desertización es la expulsión de la memoria.
Un “hacer humano”, pensar, tener conciencia de la Existencia, ponerse frente al Misterio de la Vida, ahí reconocer el límite que es lo que nos hace humanos.
El individuo se arraiga consciente o inconscientemente al lugar que habita. Al territorio, a su geografía, a las variaciones de su clima, al carácter de las relaciones con el otro. Y a las condiciones para satisfacer las necesidades cotidianas.
En la Palabra llevo mi Pensamiento y la mirada de mi mundo y de los mundos que lo cruzan. La mirada que es un Ver. Defino el modo de la Exterioridad.
Cuando digo soledad, estoy pensando en “sólo”, yo frente a cada Sujeto u objeto de mi entorno. Cuando comparto mi dolor o mi alegría, ese dolor o esa alegría sale de mí va hacía el otro.