OPINION

Jubilaciones: Cuestión de fe

Aún con miradas contrapuestas e irreconciliables, podemos encontrar un punto en común: todos, aún los impulsores de la ley, tácitamente han reconocido la impopularidad de la medida. Tanto ha sido así, que el propio jefe de Estado salió a pedir una nueva cuota de fe.
martes, 26 de diciembre de 2017 · 12:33

Por Daniel Tejada

" 'El año que viene van a cobrar más. Las jubilaciones van a crecer entre 4 y 6 por ciento más que la inflación. Y el otro año, de vuelta. Y el otro año, de vuelta'.

Lo dijo enfático el presidente de la Nación, Mauricio Macri, el pasado viernes en una entrevista con Alejandro Fantino que se retransmitió casi en cadena nacional, sin la formalidad de la locutora con la bandera argentina de fondo y el casi olvidado arranque de: 'Transmite LRA 1, Radio Nacional Buenos Aires...'

Y siguió Macri en su defensa del polémico régimen de movilidad jubilatoria que solo fue aprobado en el marco de un acuerdo con algunos gobernadores, que mandaron a sus diputados nacionales a votar en consonancia con Cambiemos.

'Con esta fórmula y con el ajuste trimestral, los jubilados van a estar infinitamente más seguros y protegidos frente a cualquier cosa que ocurra en la Argentina. Lo van a ver cuando vayan a cobrar que todas las cosas que les dijeron son mentira', aseguró el presidente.

Subyace a las afirmaciones del presidente el conocimiento de los números de la opinión pública.
Según el Tracking de Humor Social y Político, que la consultora D'Alessio IROL efectúa en forma continua junto a Berensztein, el 85% de los argentinos cree que la reforma 'es mala'. 

El 55% considera que la reforma era 'innecesaria' y el 30% cree que debía hacerse. Solo un 15% respalda la nueva ley. Es claro que el 'think tank'de Cambiemos está debidamente informado sobre la impopularidad de la medida. Y el camino hacia adelante, el óptimo, sería demostrar que el resultado en marzo y cada trimestre le tapará la boca a los disconformes. Ojalá así fuera.

Por el momento, es una expresión de deseo con poco crédito. Ya no de los sectores militantes o interesados políticamente en socavar la imagen del presidente, sino de los sectores que históricamente han marcado posición cuando se tocó el interés social. El ejemplo más contundente ha sido el de la Iglesia.

El viernes pasado en Banda Ancha, en nuestros estudios, el arzobispo Jorge Lozano lo dejó en claro y sin vueltas. Evitó los eufemismos. No se refugió en las palabras difusas. Habló de 'preocupación', cuando tuvo que definir la sensación de la curia sobre la nueva ley de movilidad jubilatoria. Sobra la aclaración: hay línea directa con el Vaticano.

Lozano reconoció que el Gobierno tiene el deber de garantizar la sustentabilidad de ANSES a futuro. Lo consideró 'una preocupación legítima'. Pero a la hora de las prioridades, no puede haber dudas: 'hay que ver cómo estas medidas hacen un estilo de vida digno para los abuelos', sentenció el arzobispo.

Aún con miradas contrapuestas e irreconciliables, podemos encontrar un punto en común: todos, aún los impulsores de la ley, tácitamente han reconocido la impopularidad de la medida. Tanto ha sido así, que el propio jefe de Estado salió a pedir una nueva cuota de fe.

La hora de la verdad será marzo y de ahí en adelante, cada tres meses, hasta llegar al próximo diciembre. Porque para creer, antes hay que ver. O cobrar.


JAQUE MATE

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