OPINION

Muchacha pechos de miel

Tanto lío por un par de pechos nos define como un grupo de pibes alborotados, que no logramos salir de los calores de la adolescencia. Todo un símbolo. Como el corpiño de la nena porteña.
jueves, 26 de abril de 2018 · 12:30

Por Daniel Tejada
Canal 13 San Juan

Tengo una sospecha que creo que voy a poder corroborar en los próximos minutos. Barajé una cantidad de temas posibles sobre los que opinar este jueves. Había cuestiones de sobra, de suma trascendencia. Por enésima vez, las tarifas. El encuentro del gobernador Sergio Uñac con el Papa y sus implicancias políticas. O la hemorragia de dólares del Banco Central para frenar una escalada que parecía írsele de las manos.

Pero no. Me encontré con un fenómeno mucho más interesante, a juzgar por los niveles de participación en redes sociales y comentarios en foros de medios digitales. Soy reacio a fijarme en las menudencias porteñas, pero la noticia nos lleva del cuello. Como diría Cacho Castaña, relájate y goza.

De tetas se trata el asunto. Una chiquita de un colegio secundario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuya identidad de ella y de la escuela poco importan, se volvió el foco de la noticia porque fue a clases sin corpiño. La directora le impuso sanciones por la falta disciplinaria, aunque sin saber explicar bien en qué consistía la infracción.

Al día siguiente, un grupo de feministas se movilizó al Ministerio de Educación, en Buenos Aires, a quemar corpiños contra la opresión de la simbólica prenda interior.

Da la impresión de que, lo que uno diga, lo dejará mal parado al respecto. Porque apañar a una nena en desarrollo, en pleno brote hormonal, para que cultive la rebeldía de lucir sus incipientes atributos femeninos en la escuela sería una terrible ofensa en una sociedad altamente conservadora.

Por el contrario, condenarla por no atenerse a las reglas de código de convivencia que tiene todo establecimiento escolar sonaría represivo. Hasta funcional al discurso machista que dice que la mujer tiene que medir las consecuencias de lo que muestra. Porque si muestra, debería asumir el riesgo de lo que provoca. Una estupidez.

Como parece estúpido detenerse en un incidente menor en medio de un país y una provincia que atraviesan por momentos difíciles, por grandes bolsones de exclusión y eternas materias pendientes. ¿Qué hacemos hablando del corpiño de una piba?

Posiblemente de eso se trata. De que todavía no pudimos superar la imagen de una adolescente fuera del canon de la "niña bien criada". Y seguimos empantanados en las discusiones más elementales.

Digamos a modo de cierre una sola cosa: tanto lío por un par de pechos nos define como un grupo de pibes alborotados, que no logramos salir de los calores de la adolescencia. Todo un símbolo. Como el corpiño de la nena.


JAQUE MATE
 

Comentarios