El dilema de disimular o patear

Por Daniel Tejada
Canal 13 San Juan

 “Vamos a seguir pidiendo por Agua Negra, sin polemizar”, dijo ayer el gobernador Sergio Uñac, en un nuevo esfuerzo por sostener la convivencia con la Casa Rosada a pesar de las dificultades de la relación. El mayor inconveniente no parece ser la diferencia de color político, como pudo sospecharse al inicio de la gestión. El problema central es el clima económico que no despegó nunca y azotó a la provincia al igual que al resto del país.

Esto también es relativo. Porque en función de que San Juan contaba con una caja importante, pudo amortiguar en buena  medida algunas variables negativas. Tres ejemplos bastan para entenderlo. Por segundo año consecutivo hay cláusula gatillo para los salarios estatales, se subsidia el flete de cargas fuera de San Juan y se subsidia el empleo privado con el programa Repip, para evitar despidos. Son todos remiendos para una economía en recesión e igualmente inflacionaria.

A este marco de dificultades se asoman otros problemas estructurales como la evidente paralización de la licitación de Agua Negra. El proyecto parece haberse perdido en el cajón más oscuro y escondido de algún despacho en Buenos Aires y en Santiago. Duele y preocupa. Pero también es cierto que hay otras urgencias que sacan al túnel del primer plano. La única verdad es la realidad.

Días atrás un ex funcionario y hoy actual miembro de la conducción del PJ en la provincia protestaba en voz baja, en una conversación informal, por la falta de crítica hacia el gobierno nacional. Decía que es inaceptable que el peronismo orgánico de San Juan nunca haya emitido un documento sobre la precaria situación de las jubilaciones, por ejemplo. En la misma línea, otro funcionario vinculado a la economía provincial reconocía con desánimo que todas las medidas de contención del gobierno local terminaban enmascarando el problema de fondo. Todo, en honor a la preservación de la paz social. No es poca cosa, por cierto.

Esto lleva a preguntarse si, en la necesidad de convivir institucionalmente, el gobierno provincial terminó favoreciendo la imagen del presidente Mauricio Macri en San Juan, generando incluso un clima de negocios y niveles de empleo y consumo que distan bastante de otros distritos. No es una discusión sanjuanina aislada, en absoluto.

El sitio web La Política On Line publicó ayer que el Instituto Patria está considerando que “llegó la hora de patear el hormiguero”. La metáfora alude a romper la prudencia con que el precandidato presidencial Alberto Fernández vino sosteniendo la campaña, enviando señales a los mercados y hasta el mismo Fondo Monetario Internacional, que contribuyeron a aplacar la escalada del dólar y del riesgo país. 
Con esta actitud contemporizadora, interpretan en el Patria que se terminó favoreciendo a Macri, porque en definitiva, esta es su gestión. Cualquier signo de estabilidad económica reditúa en su beneficio electoral, aunque se trate apenas de un paréntesis que se podría terminar al pasar las urnas.

Tal vez el fin de semana pasado, con la promesa de aumentar jubilaciones a cambio de no pagar los intereses de las Leliq, el precandidato presidencial haya empezado a desparramar las hormigas. El dilema, como el de Uñac, es dónde marcar el límite, porque habrá país después del 10 de diciembre y estaremos todos adentro de él.

JAQUE MATE