LA NUEVA NORMALIDAD

Cultura del after office, la propuesta para los bares sanjuaninos

El dueño de un icónico pub de la provincia pide algunos cambios para que todos tengan su happy hour.
sábado, 21 de noviembre de 2020 · 10:36

Mamadera es sinónimo de música en vivo y la cuarentena provocó que tuvieran que afinar algunas cuerdas para volver al escenario de la noche sanjuanina. De todos modos, según lo expresado por su propietario Gonzalo Perpetuo, las limitaciones que imponen los protocolos hacen que los números no sean los que esperaban.

Tal es así que piden mayor flexibilización en la capacidad de ocupación permitida y, principalmente, en la extensión del horario de atención. 'Si la gente laburaría de corrido sería diferente porque saldrían a las 5 de la tarde y a las 7 podrían a ir a un bar, pero acá a esa ahora todo el mundo trabaja', remarcó.

En esta 12da nota del sector con el Diario de Canal 13, consideró incoherente que puedan trabajar hasta las 1 de la mañana siendo que en San Juan culturalmente la gente sale sobre las 11 de la noche. Además, coincidió con las voces que aseguran qué estás limitaciones favorecen la realización de fiestas clandestinas.

¿Cómo los sorprendió la cuarentena?

Cuando nos agarró la pandemia nosotros veníamos de hacer una gran inversión para techar el lugar. Gran parte del salón ahora es cerrado, un 70%, porque habíamos tenido denuncias hace tiempo de vecinos por los ruidos molestos por las bandas. 

Era más que nada por el sonido de la batería, el bajo, el grave, así que hicimos un gran esfuerzo para insonorizar. También hicimos el esfuerzo de comprar el sonido y la iluminación que era un costo que teníamos bastante alto. 

Nos partió al medio todo esto porque no pudimos recuperar esa inversión, fue muy duro. Tuvimos que hacer un sacrificio muy grande personalmente, por suerte entre la misma comunidad que somos de socios y amigos lo pudimos administrar. 

Ahora hacemos todo nosotros: limpiar, atender, cocinar, servir, todo lo hacemos entre nosotros. Al sonido, la música, también lo ponemos nosotros así que ahora la estamos llevando porque sino con los costos que tenemos sería imposible.

¿Cómo hicieron para atravesar esta coyuntura?

Con esta nueva normativa en la que te dejan trabajar con el 30% de la capacidad estamos recibiendo a 70 personas por noche. Estamos aguantando, esperando que todo vuelva a ser como antes o por lo menos que nos dejen trabajar con mayor capacidad.

Lo que nosotros necesitamos sí o sí hoy en día son más horas de trabajo. En San Juan seguimos teniendo un horario de comercio donde la gente sale de trabajar a las 9 de la noche. Si laburarían de corrido sería diferente pero así es difícil. 

Si la gente saliera a las 5 de la tarde, a las 7 podría ir a un bar, pero a esa hora acá todo el mundo trabaja. Entonces es algo incoherente eso, no podemos estar laburando hasta la 1 de la mañana siendo que la gente sale a un bar a las 11 la noche. 

Son 2 horas las que trabajamos, estamos haciendo malabares y no sé cuánto más vamos a poder aguantar. Estamos apostando a esto manteniendo la esencia de la música en vivo pero ojalá que pronto pase esto y volvamos a divertirnos con tranquilidad.

¿Qué opinión le merecen las fiestas clandestinas?

Hay gente que hace fiestas en su casa o fincas mientras hay bares que han tenido que cerrar, la realidad es esa. Si seguimos con un horario de comercio que es único en el país, los bares y restoranes no sé cuánto aguantarán. 
 
Tener un local habilitado ya era muy difícil sin la pandemia y las fiestas clandestinas existían desde mucho antes. Habilitar hoy en día un local es una odisea prácticamente, es una locura los trámites burocráticos que exigen.

Hace mucho que es muy difícil competir con las fiestas clandestinas que se hacen en lugares que no están habilitados. Nosotros tenemos que cumplir con un montón de requisitos: baños, rampa, matafuegos, energía eléctrica y demás.

Sumado a que la gente sale a las 11 de la noche y podemos trabajar hasta la 1, que ni siquiera es hasta la 1. A las 00:30 tenés que dejar de vender, cobrar y empezar a echar a la gente porque si a la 1:05 pasa un patrullero te clausura.

¿Cómo volvieron a la actividad con los nuevos protocolos?

Estamos poniéndole todo nosotros para poder subsistir, damos todo por amor al lugar para mantenerlo porque no dan los números. No podemos ni contratar más personal como para apostar a algo más grande, hoy en día esta es la realidad. 

Solamente podemos tener 50 personas adentro aproximadamente de las cuales se les cobra un derecho de show a las que están adentro. Con ese derecho de show cubrimos a la banda: el 100% va para ellas para que le paguen al sonidista por ejemplo. 

Algunas tienen bailarines, fotógrafo, diseñador, de los que antes nos hacíamos cargo nosotros con el 30% de la taquilla. Hemos tenido que resignar eso y decirle a las bandas que les damos el 100% de la taquilla pero que se hagan cargo de eso. 

Es como una coproducción qué hacemos con las bandas. Para los artistas hoy en día subirse al escenario es un placer. Tenemos un escenario grande, alto, con buen sonido, buena iluminación, todos los músicos destacan esas comodidades.

¿Nada será como antes?

La verdad que es bastante incierto todo, hay una incertidumbre muy grande sobre qué va a pasar, no se sabe si se va para adelante o para atrás. Nosotros estamos tratando de vivir el día a día y adaptarnos a la nueva normativa y realidad. 

No creo que pronto vuelva todo como antes pero por lo menos espero que tengamos un poquito más de horas para trabajar. Necesitamos una ayuda, eso es fundamental, o que cambie el horario comercio acá en San Juan pero realmente lo dudo.

En un mes de trabajo hemos tenido que solventar 6 meses de estar parados. Decían que no iban a haber cortes de luz pero a nosotros nos la cortaron y nos quedamos sin alarma y sin cámaras. Tuvimos que pagar $20.000 para que nos la activaran.

Estamos poniendo todo para que el lugar no se pierda. Sería una lástima que después de 12 años de apostar tanto a este lugar se pierda. También nos ponemos en el lugar de otros propietarios de bares, es muy difícil bancar los locales.