Revelador

La historia oculta de un paseo muy conocido por los sanjuaninos

Se trata de un pequeño espacio verde que está ubicado en una transitada esquina del microcentro sanjuanino.
lunes, 25 de octubre de 2021 · 11:56

En la esquina de Caseros y Rivadavia, frente a la Iglesia de La Merced, hay un pequeño espacio verde ubicado en una esquina con una historia oculta que muy pocos sanjuaninos conocen. Se trata de la plaza Monseñor José Américo Orzali, quien fue el primer arzobispo de Cuyo y el sexto en la provincia.

Para conocer su historia hay que viajar en el tiempo hasta 1913, en aquel año Orzali era un sacerdote  que vivía en la Capital Federal, asimismo había creado la Orden de las monjas de la Virgen del Rosario, más conocidas como ‘Las Rosarinas’. En aquel año Orzali dijo que había que expandir la congregación y así fue como un grupo de monjas llegó a esta transitada esquina durante la década del ’50.

En esta esquina había una gran casona que fue adquirida por este grupo de monjas que respondían al padre Orzali. Es que el sacerdote les había encargado una tarea como la de buscar madres solteras o embarazadas, para que les dieran un lugar para vivir.

Además les pidió crear dos escuelas, fue así como entraron a funcionar dos escuelas, una de oficios para que las mujeres pudieran salir a trabajar. Mientras que la institución educativa era para los hijos y que las monjas los fueran educando.

Fue así como unos años después desde el Episcopado Nacional lo nombraron Obispo y Arzobispo a Orzali en la década del ’30. La congregación siguió creciendo pero con el terremoto de 1944 toda la casona cayó por completo. Por lo que el arzobispo le pidió ayuda al Gobierno de la provincia que gobernaba en aquel entonces.

A lo que el Gobierno le ofreció un lugar en Rawson para establecer la congregación donde hoy continúa funcionando la escuela Monseñor Orzali. Sin embargo ningún Gobierno intentó reconstruir algo nuevo en la esquina anteriormente mencionada porque había sido el propio Orzali, el que pidió que en esa esquina se incineren cuerpos de algunas personas fallecidas en el Terremoto del ’44.

De manera que muchos de los fallecidos fueron incinerados en esta esquina donde hoy se homenajea a Monseñor Orzali, su obra, el paso de las hermanas rosarinas, la creación de la escuela complementaria y un lugar sagrado porque recibieron su último adiós.

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