ENTREVISTA

Mano a mano con Cristian Acevedo: todos los secretos de 'Todas las vidas de Eva Ki'

El argentino charló con Diario 13 sobre su nueva obra y como fue plasmando la historia que promete cautivar a los lectores.
lunes, 18 de julio de 2022 · 17:31

Cristian Acevedo vuelve a causar estruendo con su nuevo obra literaria. Luego de dejar a todos encantados con la bilogía Matilde debe Morir, el argentino llega a causar sensaciones con su obra bajo el sello Umbriel.

Su anterior obra dejó miles de sorpresas, el estilo de escritura del autor es magnifica y con claros rasgos. No tiene un igual a la vista en lo contemporáneo. Dueño del misterio y la intriga, Acevedo lanza su nueva obra. La misma promete encantar y volver a intrigar, como ya tiene de costumbre. 

Como no podía ser de otra manera, Cristian charló con Diario 13 sobre Todas las vidas de Eva Ki y todo lo que depara su vida literaria que sorprende con cada una de sus irrupciones.

¿Cómo nace 'Todas las vidas de Eva Ki'?

Nació como suelen hacerlo mis historias: con nada más que una primera frase. No encaro mis novelas con un plan ya prefigurado, así que puedo decir que Todas las vidas de Eva Ki se fue creando a sí misma a medida que avanzaban los capítulos. Lo que sí sé es cómo nació el comienzo de la historia. La novela empezaba así: “Nací el 20 de enero de 1983”. Pero comenzó a rondarme el clásico “Había una vez”, de los cuentos infantiles. Fue tan insistente esa frase que terminé combinando los dos comienzos y quedó: “Una vez nací el 20 de enero de 1983”. Y de pronto, descubrí que la historia versaría acerca de una persona que recordaba sus vidas pasadas, no solo una. Después fue empezar a armar el arduo rompecabezas que esa idea exigía, y no fue sino hasta el final del capítulo que descubrí que la narradora era una mujer, que esa mujer escribía desde un geriátrico y que, por alguna razón que desconozco, se llamaba Eva Ki.

¿Qué te inspiro a crear este nueva obra literaria?

Creo que el recordar nuestra finitud. Distintos asuntos de mi vida me hicieron volver a ser consciente de semejante injusticia. Y me parecía que era una forma maravillosa (aunque inútil, lo sé) de burlarse de la muerte. En cuanto a lecturas, a posteriori reconocí tres influencias muy marcadas: El pasillo de la muerte, de Stephen King, cuyo narrador también escribe desde un geriátrico; Memorias póstumas de Brás Cubas, de Machado de Asís, cuyo narrador está muerto; y El último encuentro, de Sándor Márai, novela que estaba leyendo mientras escribía Todas las vidas de Eva Ki.

En tus libros pones énfasis en los escritores y en la vida, ¿es un hilo que buscas marcar en tu estilo de escritura? 

Pese a que me reconozco algunas mañas, no creo tener un estilo de escritura. Pienso que, siempre, la que manda es la historia. Siempre. Si la historia va de libros, estará bien que rodee o le dé cierta importancia a la literatura; pero si la historia es un western urbano, por ejemplo, con personajes que a duras penas tuvieron acceso a lecturas básicas, por supuesto que ese es un aspecto que queda excluido de forma natural. Ahora que lo pienso, creo que esa esa más una preferencia de los lectores. Por eso es un éxito Matilde debe morir y no así La ley primera, precisamente un western urbano que me fascina.

¿Todas las vidas de Eva Ki va a sorprender con el estilo narrativo tal como sucedió con Matilde Debe Morir?

A diferencia de Matilde debe morir¸ que tenía una vocación plenamente experimental y rupturista, Todas las vidas de Eva Ki no busca el asombro o el estupor: su propósito es adentrarnos, paso a paso, en un mundo de sombras, de olvidos, de añoranzas, de ficciones. El lector se sumerge en un universo fantástico a la vez que la propia Eva Ki se sumerge en él, y esa sumersión, ese descenso terrible e inevitable que suelen ser la vejez, la senectud, se atravesará página a página, historia a historia. Y quedará en el lector aceptar como verdaderas o no esas memorias. En fin: creo que la única similitud es que Eva y Matilde son escritoras, y no mucho más. Aunque tal vez eso signifique demasiado, ¿no?

¿Eva Ki tiene algo de vos? 

Eva Ki tiene una personalidad propia, que fue construyéndose a medida que su voz se iba imponiendo, así que no estoy seguro de que hayan quedado muchos rastros de mí en su carácter. Lo que sí sé es que puedo reconocerme en la novela. Aquellos aspectos que el lector reconozca o interprete de Todas las vidas de Eva Ki, la forma en que está estructurada, o el mero hecho de que exista esta novela y no otra, eso tiene mucho de mí, de una forma que no sabría identificar y que seguramente es algo inevitable cada vez que alguien crea alguna cosa.

A grandes rasgos, ¿Con que se va a encontrar el lector con Todas las vidas de Eva Ki?

Me gusta creer que lo que cuenta Eva Ki desde el geriátrico, no es no solo una historia de amor (de muchos y disímiles amores: amor romántico, amor fraternal, amor trágico), sino también una historia de resistencia y de esperanza. El homenaje de una escritora a quienes amó en muchas de sus vidas, o que podría haber amado de ser cierto lo que ella nos cuenta. El lector se encontrará también con esa vacilación, recordemos que se trata de una gran creadora de ficciones.

En definitiva, no encontramos ante una novela que contiene muchas historias con distintos registros, todos guiados por la voz de nuestra querida Eva Ki. Historias que tienen todas la misma finalidad: un intento por conseguir lo imposible.

Sobre la novela 'Todas las vidas de Eva Ki

Todas las vidas de Eva Ki relata las memorias de una autora que, por encima de todas las cosas, no quería ser olvidada. Eva se confiesa capaz de conservar los recuerdos de muchas de sus vidas pasadas: una vida en Persia, en la que, durante mil y una noches, le contaba historias a su esposo el rey Sahriyar; la vida con su madre favorita, con quien vivió apenas trece años; la vida en Salem, en la que amó apasionadamente a Elisabeth, que murió en la horca tras ser acusada de brujería.

Recuerda: si queremos que no nos olviden, debemos poblar de recuerdos la memoria de los nuestros. Si anhelamos que los nuestros no desaparezcan, debemos recordarlos a diario. Debemos luchar para que no se esfumen de nuestra memoria aquellas personas que amamos y que deseamos que vivan para siempre.

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