OPINION

Una foto, más que mil palabras

Junto a Macri y Pichetto, el precandidato radical de la interna de Juntos por el Cambio terminó de abrochar su estrategia: macrismo puro y sin complejos.
martes, 16 de julio de 2019 · 11:10

Por Daniel Tejada
Canal 13 San Juan

Uno podría interpretar que la interna del Frente Juntos por el Cambio en San Juan es apenas un montaje para la popu, donde Marcelo Orrego aparece imbatible y Eduardo Castro, casi como un precandidato testimonial. Entonces, si así fueran las cosas, ¿para qué tanto esfuerzo?

Bueno, resulta que en política no todo se calcula con matemática. Las sumas y las restas no siempre se cuentan con votos sino con un amplio abanico de valores y atributos cuyo canje puede diferirse en el tiempo.

Para Castro, la alocada idea de ponérsele en frente a Orrego, más que una chance cierta de llegar a una banca en el Congreso Nacional representa la oportunidad de medirse por primera vez en el territorio provincial. Cualquier porcentaje, por magro o sorprendente que resulte, será suyo. Por lo tanto, podrá hacerlo valer en adelante cada vez que se siente en una mesa de dirigentes, él al frente de la Unión Cívica Radical.

Algo parecido a lo que hizo Delia Pappano en Rivadavia, cuando decidió confrontar internamente con el intendente Fabián Martín. Con la salvedad de que ella jugó en distrito chico y Castro tendrá que desplegarse en los 19 departamentos. 

Conocedor de este escenario, el radical apuesta por "hacer la defensa del voto de Mauricio Macri con convicción". Palabras textuales suyas que no esconden un sutil pase de factura a Orrego, un dirigente que aún compartiendo boleta con la fórmula presidencial de Juntos por el Cambio intenta guardar una cuota de autonomía para criticar con libertad llegada la hora de hacerlo. Y también, hay que decirlo, reservarse el derecho de abrir bloque propio cuando desembarque en el Congreso.

Fue así como Castro estuvo en la cumbre macrista de Parque Norte la semana pasada y, gracias a una gestión del cordobés ultramacrista Mario Negri, se tomó la foto junto a la fórmula presidencial completa. Orrego no asistió. Y si bien el santaluceño estuvo ayer en Mendoza, donde Macri inauguró un tramo de la Ruta 40 hacia el sur y aprovechó para concentrar a sus precandidatos cuyanos, solo mantuvo una conversación cara a cara con Pichetto, la cuota peronista del armado nacional.

La foto de Castro con Macri de un lado y Pichetto del otro, también fue apenas una instantánea. Una imagen de los segundos que compartieron juntos y no hablaron prácticamente de nada, más que cruzar el saludo de protocolo. Entonces podría decirse que no significó mucho, aunque sería un error caer en ese facilismo.

Castro sabe, entre otras cosas, que el presidente tiene un caudal discreto de votantes fidelísimos. No es mayoritario en San Juan, pero lo tiene al fin y no resulta para nada despreciable. Ese es su elector apuntado, su público objetivo. Si el macrismo puro y ortodoxo, el cruzado por la causa, busca un referente dispuesto a militar incluso las medidas más antipáticas, podrá encontrar en el radical a la persona indicada.

Si en cambio busca a una figura con mayor proyección provincial, que va con Macri solamente porque quedó arrinconado en la polarización, entonces esa opción se llama Orrego.

Casi que resulta una obviedad decirlo, pero en política lo obvio también cuenta: difícilmente Orrego quisiera la foto abrazado a Macri. Castro sí.

 

JAQUE MATE


 

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