OPINION

Pindonga y cuchuflito para todos y todas

El traspié discursivo de Cristina Fernández de Kirchner versus los números oficiales de consumo e inflación.
jueves, 25 de julio de 2019 · 11:21

Por Daniel Tejada
Canal 13 San Juan


En el afán de hablar de la inflación y cómo se deterioró el poder de compra de los argentinos, Cristina Fernández de Kirchner incurrió en uno de sus errores clásicos, esos que comete por su verborragia cultivada en tantos años de carrera parlamentaria, más allá de su innegable condición para la oratoria. 

En la presentación de su libro "Sinceramente" en Mar del Plata, habló de cómo las familias tuvieron que migrar a segundas y terceras marcas, utilizando dos palabritas que se convirtieron virales esta semana, a fuerza de una intensa militancia en redes sociales: "pindonga" y "cuchuflito".

Al toque salieron a contestarle los fabricantes de esos productos más económicos, con números de empleo y ventas en alza contra la caída general del consumo. Medias verdades por todos lados. Ni es malo que se vendan las segundas marcas, ni se puede tomar ese segmento como indicador de poder adquisitivo intacto. 

Pero parece que exponer argumentos apoyados en cifras resulta aburrido y mucho menos efectivo o efectista. La expresidenta volvió a pecar al ofrecer un par de expresiones que la dejaron a tiro de la crítica.

Fue un traspié después del prolijo silencio administrado que, aseguran, le aconsejaron sus asesores de comunicación. Fue inversamente proporcional: mientras menos habló, más creció su imagen pública en los últimos años. Nótese que no es una discusión de carácter político o económico, sino estrictamente discursiva. Marketing. Puede resultar odioso para los puristas de la militancia, pero es imprescindible para construir una campaña. De eso, no quepan dudas.

El presidente Mauricio Macri se sirvió el exabrupto de la senadora. En Santa Fe dijo que los productores de marcas como "cuchuflito" están muy orgullosos de su trabajo. No hacía demasiado esfuerzo táctico ni ensayo en focus group para entender que era el momento de patear y convertir el gol. Quedó servido.

Resulta que mientras las ventas de supermercados y shoppings se derrumbaron por 11 meses consecutivos, "pindonga" y "cuchuflito" ganaron terreno por una simple razón: la pérdida de poder adquisitivo. Raya lo obvio, pero parece necesario volver a poner blanco sobre negro.

Es tan brutal la inflación acumulada al cabo de los últimos doce meses, que alcanza para entender la magnitud de la crisis. De junio a junio superó el 55%. En el primer semestre ya acumuló más del 22% y la proyección a diciembre, nuevamente ronda los 50 puntos. Entonces, habrá larga vida a "pindonga" y "cuchuflito". 

Mientras tanto 68 firmas tradicionales argentinas pidieron iniciar procedimiento reventivo de crisis, según reconoció la cartera de Trabajo. La más reciente fue Alfajores Balcarce. En San Juan, sin llegar a ese extremo, Tía Maruca también entró en un terreno de equilibrismo para sostener la cadena de pagos, básicamente porque la gente come menos galletitas. O esa marca de galletitas en especial.

En un año, de junio a junio, la canasta básica total y la canasta alimentaria subieron más del 58%, por encima de la inflación promedio. Una familia tipo tuvo que juntar más de 31000 pesos para mantenerse a flote por encima de la línea de pobreza. Unos 12400 estrictamente para comer y no sumarse al desesperante segmento de la indigencia.

Los números obligan a releer. A detenerse. Son aburridos. Espantan. Parecen reservados a un minúsculo grupo masoquista, dispuesto a perderse en las tablas de datos. La síntesis perfecta podría ser esa que le costó el trastabillón a la senadora. "Pindonga" y "cuchuflito" para todos y todas.


JAQUE MATE 
 

Comentarios