JAQUE MATE

La sombra del '83 se abalanza sobre el '23

Disueltas las PASO y sin consenso para ningún otro sistema electoral, vuelven las internas partidarias clásicas. También generan conflicto dentro y fuera del FdT.
martes, 10 de mayo de 2022 · 11:33

¿Y si no hubiera nuevo sistema electoral para los sanjuaninos y las sanjuaninas? ¿Y si la eliminación de las PASO simplemente significara que se vuelve el tiempo atrás y cada partido político define sus listas como antaño? Más que un ensayo, es una verdad fáctica. Y está en la canasta de alternativas para 2023. Por supuesto, con sus consecuencias políticas.

Así volvió la democracia en 1983. Cuatro décadas más tarde, San Juan podría retomar aquella modalidad clásica, que consiste básicamente en que los ciudadanos comunes toman la decisión final pero no se involucran en el proceso previo de selección de candidatos. Votan las listas cerradas que cada partido político o frente electoral proponga. En esta modalidad, el gran decisor siempre fue y será el conductor de cada espacio.

Y ahí aparece el primer punto conflictivo del sistema. Los partidos políticos tradicionales tienen una construcción vertical. El justicialismo es el arquetipo de esta estructura piramidal, pero también el bloquismo y la Cruzada Renovadora, por citar apenas tres ejemplos. Por lo tanto, regresar al sistema de internas partidarias implica dar por hecho que los jefes tomarán las decisiones más importantes.

Frente a esta posibilidad, se levantaron algunas voces internas en el peronismo con una consigna reiterada: que se garantice la participación. Después de la experiencia de las primarias, nadie estaría dispuesto a resignar las aspiraciones. Si viene un sistema de reemplazo, debería abrir el juego a que haya más de un candidato por categoría, como sucedía con las PASO disueltas.

Por eso ganó terreno la posibilidad de resucitar la ley de lemas de 1995, bajo la forma de la ley de participación ampliada o 'lepa'. Por eso otros siguen hablando de una ley de colectoras. En todas estas modalidades, hay chances de que sectores internos antagónicos puedan llegar al cuarto oscuro. Y que defina la ciudadanía quién es el favorito.

Con el viejo sistema de internas partidarias, ese tablero se reduce significativamente. Hay que empezar a ponerle nombre y apellido a las especulaciones para poder entender cabalmente de qué se trata. El giojismo, que resistió la disolución de las PASO con una presentación judicial, está dispuesto a negociar con el uñaquismo un sistema de lemas o similar, pero rechazará de plano volver a las internas partidarias.

El gobernador Sergio Uñac ya demostró que maneja con holgura la estructura del peronismo, cuando ganó la presidencia del PJ el 15 de marzo de 2020. Se impuso con el 70 por ciento de los votos. Si las candidaturas de 2023 fueran a definirse entre afiliados, el resultado estará cantado. Para las expresiones minoritarias del justicialismo, será anotarse en una batalla perdida desde el inicio.

Si el esquema genera rechazo internamente en el peronismo, más recelo aún provoca en los socios minoritarios del Frente de Todos. El bloquismo, sin ir más lejos, reclama su derecho a presentar candidatos departamentales. Pero se encuentra en situación desventajosa frente al PJ, si se comparan los padrones de ambas estructuras.

El justicialismo tiene unos 44.000 afiliados según la información más reciente de la Justicia Federal con competencia electoral, contra poco menos de 29.000 que tiene el bloquismo. Son, lejos, los dos partidos políticos más numerosos de la provincia. Pero entre ellos hay una inequivalencia. El PJ es 50 por ciento más grande que el bloquista. Si la interna consistiera en una compulsa de estructuras, está claro que el peronismo llevará las de ganar.

A esto lo hizo notar en diciembre una alta figura del partido de la estrella, disconforme con la votación de sus propios diputados bloquistas en la Legislatura para disolver las primarias. En aquel momento se enciendieron las alertas. Sin PASO y sin sistema sustituto, naturalmente regresan las internas partidarias y ahí, se sabe, las condiciones para competir se reducen significativamente.

Mientras la oposición se ha cerrado en la defensa de las PASO desde lo político y desde lo judicial, el Frente de Todos todavía abriga la expectativa de parir un acuerdo transversal en la Legislatura. Sin embargo, los avances han sido nulos. Lo reconoció el diputado kirchnerista Horacio Quiroga, uno de los referentes del kirchnerismo en San Juan y aliado incondicional de Uñac.

Este lunes en Banda Ancha, Quiroga dijo que la eliminación de las primarias fue constitucional y que los reclamos judiciales todavía en ciernes no deberían prosperar. Pero claramente es una situación que escapa a su voluntad. Aún así, dando por cerrado ese capítulo y dando por caídas definitivamente las PASO, el diputado kirchnerista remarcó que San Juan vuelve a las internas partidarias clásicas.

Si no se logra avanzar hacia ningún otro sistema sustituto, como lemas, colectoras o similar, habrá que retocar rápidamente la ley de partidos políticos para restituir aquella metodología de los albores de la democracia, donde cada partido se las arreglaba internamente. Donde pesaban más las estructuras que el clima social exterior. Quiroga reconoció que hay todavía miradas muy diferentes al respecto, incluso en el Frente de Todos.

Es decir, no se trata solamente de una diferencia irreconciliable con la oposición, que aleja la posibilidad de un consenso pleno en la Cámara de Diputados para retocar el sistema electoral. Todavía hay matices sin pulir en el seno del oficialismo, que tiene varias vertientes e intereses particulares.

En esta línea, un operador del Frente de Todos reconoció que hay al menos dos miradas contrapuestas incluso dentro del uñaquismo. La primera defiende un sistema más restrictivo que asegure la conducción del gobernador y su poder de decisión. La segunda impulsa una apertura mayor, reconociendo el liderazgo de Sergio pero cuidando meticulosamente la unidad precaria. Es decir, abriendo el juego de la participación para que nadie piense en la ruptura.

En este contexto ganó terreno la posibilidad de modernizar la ley de lemas con el nuevo nombre de 'lepa'. Es un esquema que vio con buenos ojos el giojismo y hubo conversaciones bastante avanzadas al respecto, aunque luego no fueran admitidas públicamente. Pero para que todo eso se consume habría que lubricar el diálogo con la oposición y eso, a esta altura, es bastante difícil que suceda.


JAQUE MATE