OPINION

Sturzenegger, otra que Armani

El presidente del Banco Central está jugando el partido más complicado de los últimos meses en el marco de la política monetaria argentina. Hay pronósticos para todos los gustos, desde los más optimistas, como el del jefe de Gabinete Marcos Peña, hasta los más pesimistas, como el reconocido economista Guillermo Nielsen.
viernes, 27 de abril de 2018 · 12:09

Por Daniel Tejada
Canal 13 San Juan

El presidente del Banco Central está jugando el partido más complicado de los últimos meses en el marco de la política monetaria argentina. El miércoles tuvo que vender más 1.472 millones de pesos para frenar la disparada del dólar. Y ayer jueves tuvo que deshacerse de otros 800 millones. 

Impotente, porque igual la cotización se escapó hasta los 20,80 pesos, terminó haciendo lo que intentaba evitar: por primera vez en el año volvió a subir la tasa de interés de las Lebacs, para hacer más atractivos los papeles para los capitales especulativos que empezaron a desprenderse alegremente y se volcaron al dólar, provocando la escalada.

Le podemos poner nombre y apellido. Fue la JP Morgan, una conocida empresa financiera para los argentinos, la que de repente se deshizo de las Lebacs porque aparentemente entendió que ya no era tan buen negocio. Bastó esa señal y el mundillo de los que viven de la bicicleta financiera empezaron a mirar con amor a la estampita de George Washington. Eso más un cúmulo de otros factores que los especialistas sabrán explicar con prolijidad.

Nosotros aquí tenemos la misión de bajarte el asunto lo más posible, porque en la medida que seamos capaces de entenderlo, podremos ver al menos un poco cómo se presenta el horizonte. Hay pronósticos para todos los gustos, desde los más optimistas, como el del jefe de Gabinete Marcos Peña, hasta los más pesimistas, como el reconocido economista Guillermo Nielsen.

Peña dijo que no hay razones para encender un alerta porque el Banco Central está robusto. Y listo. A dormir sin frazada que aquí no pasará nada. No habrá más corridas y en consecuencia, no se gatillará otro pico inflacionario vía ajuste de combustibles y otras yerbas.

Nielsen, en cambio, sí prendió la luz entre amarilla y roja, porque los dólares que tuvo que sangrar el Central se fueron al exterior. El hombre sabe. Fue integrante del equipo económico de Roberto Lavagna.

Mientras tanto, que Sturzenegger suba la tasa para volver a hacer atractivas las Lebacs tiene su impacto en las tasas que pagamos vos y yo cada vez que nos financiamos vía tarjeta de crédito, por ejemplo. Más temprano que tarde, esa tasa termina convirtiéndose en referencia. Estar endeudado se vuelve peor. Tomar un préstamo también se torna más caro.

Sturzenegger sigue en guardia en el arco. No permitiría que se le dispare el dólar, porque sabe que es una variable inflacionaria. Y aunque la meta del 15% para 2018 ya es un dibujo ficticio, la nueva consigna es quedar por debajo del 20% a fin de año.

Los amigos de la corporación financiera no se la están haciendo fácil. Cada uno juega para su buche.

Y nosotros, lo miramos por TV.


JAQUE MATE

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