OPINIÓN

El lado B de la suspensión de las PASO 2021

El oficialismo ganará fundamentalmente tiempo para recuperar la economía. Se aplacan también las ansiedades de los postulantes.
miércoles, 16 de diciembre de 2020 · 10:30

Si todo ocurre como dijo Sergio Uñac, el proyecto para suspender las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias en 2021 será ley antes de fin de año o en el arranque del año próximo a más tardar. Si esto sucede, el gobierno de Alberto Fernández habrá ganado un tiempo precioso para reconquistar la popularidad deteriorada por la pandemia. En la provincia, el oficialismo podrá relajar las ansiedades de los apurados. Y la oposición pondrá a prueba su unidad, sin la herramienta que permita habilitar la competencia interna de precandidatos.

En representación de Uñac, el diputado nacional Walberto Allende firmó el proyecto para suspender las PASO que entró la semana pasada al Congreso Nacional. El nuevejulino dijo en Banda Ancha que el debate se va a dar en días más. Coincidió con el gobernador acerca de que hay un amplio consenso que parte desde las provincias y que ya ni siquiera cuenta con la resistencia del ala dura kirchnerista. Habrá que ver.

El sábado en Radio Sarmiento, Uñac dijo que cuando se habló de suspender las primarias el año que viene en la Quinta de Olivos, el ministro del Interior, Eduardo 'Wado' De Pedro, no puso reparos. Hombre de La Cámpora, es el funcionario del Poder Ejecutivo más cercano a Cristina. Más que el propio presidente de la Nación.

La justificación de esta medida extraordinaria es doble. Por un lado evitar el desplazamiento de todo el padrón electoral dos veces en el año, reservándolo solo para la elección general en octubre. Y por otro lado ahorrar un monto de unos 13.000 millones de pesos, pudiendo destinar esos recursos a otro fin. Uñac mencionó últimamente otro factor, no menor. Según las encuestas que llegaron a sus manos, entre un 70 y un 80 por ciento de la opinión pública está en contra de las primarias. Será entonces una decisión bien valorada por los votantes.

No hace falta bucear demasiado en la profundidad de la medida para entender también que el oficialismo ganará tiempo. En vez de someterse al escrutinio popular en agosto, apenas terminado el primer semestre de un año todavía en pandemia, podrá estirar la evaluación hasta octubre, en el último trimestre. La apuesta será que ya para ese momento la economía esté acompañando, que se sienta algún alivio comparativo con los angustiosos meses anteriores.

Por supuesto es un tema relevante para los gobernadores. Aún para Uñac, que el año que viene no pondrá en juego más que las dos bancas que hoy ocupan los justicialistas Allende y Francisco Guevara. La tercera es la del macrista Eduardo Cáceres. Sabe el gobernador que el malhumor eventual con la gestión albertista podría arrastrar hacia abajo todos los esfuerzos locales. El eje Este-Oeste, entre Santa Lucía, Capital y Rivadavia, es el más difícil desde este punto de vista.

Por lo tanto, ganar tiempo para recuperar la economía será vital en términos políticos para todo el Frente de Todos, hasta en esta provincia alejada de los más grandes centros urbanos.

Evitar las PASO en agosto también permitirá al oficialismo patear para el segundo semestre las ansiedades de los que quieren repetir o debutar con una de las apetecibles candidaturas a diputado nacional. Allende es uno de los nombres en juego para ir por la reelección, habiéndose convertido en el legislador más cercano a Uñac, a punto tal de que fuera quien firmó en su nombre el proyecto de ley que suspende las primarias.

Veterano en la política, el nuevejulino no cayó en la tentación el lunes en Banda Ancha cuando fue consultado con insistencia sobre sus aspiraciones. 'No hemos tenido ningún tipo de conversación con Uñac', dijo tajante. Y a otra cosa.

Por la ley de paridad de género, la fórmula tendrá que intercalar un varón con una mujer o viceversa. En el juego de nombres aparece la ministra de Gobierno, Fabiola Aubone, como una de las más cercanas a Uñac. Como gesto de confianza, vale recordar que el pocitano le encargó nada menos que la coordinación general del Acuerdo San Juan. A nadie dentro del oficialismo le pasó inadvertida semejante preferencia.

A todo esto habrá que sumarle otro aspecto interesante y es la propia interna peronista. Desde el 15 de marzo de este año, el PJ está compuesto 70 por ciento por uñaquismo y 30 por ciento por giojismo. ¿Esa proporción será traducida en la conformación de la lista de diputados nacionales? ¿Habrá unidad o impulsarán una interna partidaria solo para afiliados, frente a la ausencia de primarias?

Peor aún se presenta el escenario para la oposición, urgida de unir todo lo que pueda para evitar la dispersión del voto. Marcelo Orrego tendrá que sentarse en la cabecera de la mesa para ordenar las ambiciones, confiando en que no haya ruptura. Habrá que ver cómo queda parado Cáceres en términos políticos, después de la denuncia por violencia de género en su contra. También habrá que observar detenidamente a Rodolfo Colombo, resuelto esta vez a ir por la banca. Y esperar la reacción de Producción y Trabajo, el partido que vertebra al Frente Con Vos, que en algún momento estimuló a Fabián Martín para que se presente.

Las primarias penden de un hilo y cada cual atiende su juego. Los argentinos y las argentinas perderán una instancia democrática que los partidos nunca supieron o se atrevieron a utilizar. Pero la suerte parece echada.


JAQUE MATE