OPINIÓN

El no tan temido colapso

La ocupación de camas críticas en San Juan varía según el criterio que se adopte. Más allá de los números, hay un factor decisivo, que no depende de Salud Pública.
martes, 11 de mayo de 2021 · 09:30

No se puede vivir más de un año en alerta. Es imposible en términos emocionales. Lo dijo este lunes en Banda Ancha la responsable del área Salud Mental del Ministerio de Salud Pública de la provincia, Cecilia Turiz. Ese comportamiento natural hizo que muchos, la mayoría, bajara la guardia. Que aún en plena segunda ola, con números de contagio alarmantes y ocupación de camas críticas como no hubo durante todo 2020, actuaran sin mayor cuidado. Es casi un efecto narcótico. El alerta de los primeros tiempos del Coronavirus ya nunca más será el mismo, aunque el cuadro general se haya complicado.

El diario Página 12 publicó este lunes una encuesta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, según la cual San Juan está en el podio de las provincias más comprometidas, por encima del 90 por ciento de ocupación hasta el 7 de mayo, tanto en instituciones públicas como privadas. Sin hacer mención a este informe, el Ministerio de Salud Pública de la provincia desmintió los valores.

En horas de la noche, la cartera que conduce Alejandra Venerando difundió un cuadro según el cual por todo concepto la ocupación de camas de terapia intensiva en la provincia es del 63 por ciento. Dicho de otro modo, todavía queda un margen respetable para seguir atendiendo a pacientes Covid 19 y no Covid 19. 

La ocupación de camas críticas en San Juan según Salud Pública

Ese es el rasgo distintivo de esta segunda ola: a los internados con Coronavirus se suman otras patologías que el año pasado tuvieron que esperar. Por el aislamiento se redujo el ingreso de personas traumatizadas. Si no había circulación por la vía pública, no había accidentes. Eso cambió en 2021 y no habrá marcha atrás aparentemente. El resultado se traduce en camas críticas dedicadas a la pandemia y a pacientes graves por otras patologías o siniestros.

Por ese motivo la demanda es y será mayor a la de 2020. De acuerdo a la información oficial, la situación es más grave en las terapias intensivas privadas, donde la ocupación de camas llega al 81 por ciento. En los hospitales cae al 45 por ciento. Igualmente, hace tiempo que voceros de ambos sectores están pidiendo colaboración a la población, porque el personal está trabajando al límite. No se trata de seguir ampliando camas y respiradores, si los intensivistas siguen siendo los mismos y llevan más de un año de tarea sin descanso.

Entonces el gobierno o los gobiernos se enfrentan a una decisión importante entre exhibir los números crudos de la peor manera para generar miedo en la población, o suavizar, dosificar los datos para compatibilizar las políticas que hoy permiten mantener la actividad económica y las clases presenciales. No se trata de mentir, duplicar las cifras o falsearlas, sino de proponer una interpretación diferente llegado el caso. Algo así habría sucedido entre el contrastante informe de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva y el Ministerio de Salud Pública de San Juan.

El miércoles pasado aquí en Banda Ancha el subsecretario de Medicina Preventiva, Matías Espejo, aclaró que las camas de terapia intensiva que se cuentan son todas las que, llegado el caso, se pueden operativizar. Es decir que no están disponibles de inmediato, al día de hoy, pero sí están tomados los recaudos y hechos los cálculos para la expansión del sistema, tanto en lo público como en lo privado. Sobre esa estimación se calculan los porcentajes luego informados.

Las restricciones implementadas desde abril y luego agravadas desde mayo han empezado a mostrar resultados positivos, con una gradual reducción de contagios diarios y también de demanda de internación. Una cosa va de la mano de la otra. El fenómeno se ha advertido a nivel nacional y también a nivel provincial, de acuerdo al cruce de datos estadísticos hecho por Canal 13.

En los últimos 14 días cayó la ocupación de camas de terapia intensiva el 14 por ciento. Y la demanda de respiradores bajó un 7 por ciento. Un mes atrás el ascenso de ambos indicadores era alarmante. Eso se consiguió frenar. A las pruebas hay que rendirse: las restricciones a la nocturnidad han sido efectivas.

En los últimos 14 días cayó la ocupación de camas críticas y el uso de respiradores en San Juan

Pero aún así hubo y hay cantidades de operativos por locales gastronómicos abarrotados de personas o incluso celebraciones clandestinas en el peor momento, cuando cada día se detectan poco menos de 300 casos nuevos. Solo en Caucete el fin de semana pasado hubo 73 detenidos por contravenciones de este tipo. Es curioso porque el impacto psicológico registrado en las familias que sufrieron el Coronavirus empieza por ahí.

Según Turiz, en cada familia donde tuvieron que intervenir las psicólogas de Salud Pública, percibieron angustia. Y una cacería de brujas. Entre parientes hubo una suerte de investigación para saber quién fue el responsable, quién se contagió primero y quién llevó la peste al seno del hogar. Nunca se puede saber con precisión y la tarea de las profesionales es disuadir a los integrantes de ese grupo. Sanar el dolor por las pérdidas. Seguir adelante.

Nadie piensa en el dolor cuando se expone sin cuidado en la vida cotidiana, hasta que es demasiado tarde y le toca atravesar por ese momento traumático. Ni siquiera por la difusión de algún título catástrofe. Por el temido colapso de las terapias intensivas. Hoy más que nunca depende de cada uno. Y de todos al mismo tiempo.

 

JAQUE MATE