INSÓLITO

Le disparó a un repartidor creyendo que era un motochorro

Esta tensa situación se produjo alrededor de las 19:00 del pasado martes 8 de diciembre.
miércoles, 9 de diciembre de 2020 · 10:36

Por la tarde del pasado martes se vivió una tensa e insólita situación en Buenos Aires, más precisamente en la localidad de La Lucila. Lo que sucedió fue que un empresario que se desplazaba en su BMW, creyó que un motochorro lo estaba siguiendo. Ante esta situación decidió descender del vehículo y dispararle. Resultó que su "perseguidor" era un repartidor de comidas.

Todo sucedió alrededor de las 19:00 del martes en la calle Doctor José Ingenieros al 900, entre Hernán Wineberg y Catamarca. Por este lugar circulaba un empresario sobre su lujoso automóvil de la marca BMW. En un momento dado este hombre comenzó a percatarse de que un auto y una moto lo siguieron durante varios minutos.

Frente a este escenario el conductor descendió del rodado, tomó un revólver calibre .357 Magnum que tenía en su poder y abrió fuego contra este presunto delincuente. El portador de la pistola no tenía la intención de herir al joven, si no que apuntó al pasto de una vivienda del lugar para poder asustarlo y que se retire del lugar.

Según lo que aseguró un vecino de la zona a los medios locales, en ese momento el conductor de la moto frenó su marcha y el empresario comenzó a golpearlo hasta reducirlo. Este hombre mantuvo al joven en el lugar hasta que llegó un grupo de efectivos policiales. En ese momento el joven que había sido retenido le dijo a las autoridades que trabajaba para la aplicación de delivery Glovo, les mostró la app en su celular y se determinó que la mochila que llevaba en su moto era original.

Sin importar esto el portador del arma, que tenía permiso para poseerla pero no para portarla, continuaba asegurando que lo estaban siguiendo. Este sujeto aseveró que tanto el motorista como el conductor de un auto que escapó al escuchar el disparo, trataron de encerrarlo para poder robarle.

Finalmente el fiscal Alejandro Guevara se hizo cargo del caso y dispuso el secuestro del revólver. Además el empresario fue imputado por "portación ilegal de arma atenuada". Por el lado del repartidor, de origen venezolano, se le quitó el celular para revisarlo y quedó sujeto a la investigación de la causa por "averiguación de ilícito". Ninguno de los dos fue aprehendido.