OPINIÓN

La luna de miel terminó

El primer año de gestión de Alberto Fernández quedó marcado por la pandemia. Uñac debió acomodarse al cambio en la Rosada.
jueves, 10 de diciembre de 2020 · 11:10

¿Cómo se evalúa un primer año de gestión de gobierno si estuvo atravesado por una pandemia sin precedentes y el mundo entero se derrumbó? Claramente, de todas las promesas de campaña, de todas las expectativas puestas en la gestión que comenzaba, quedó en pie apenas un puñado. Las prioridades cambiaron repentinamente. Hubo aciertos y hubo errores en la administración de la cuarentena, aunque la evaluación final solo será posible cuando el capítulo haya concluido. Más allá de todas estas disquisiciones, hay una serie de observaciones para hacer sobre los 12 meses de Alberto Fernández.

También hay algo para decir sobre este quinto año consecutivo y primero del segundo mandato de Sergio Uñac en San Juan. Para el pocitano, las reglas cambiaron rotundamente aquel 10 de diciembre de 2019. Pasó de opositor a oficialista, con sus ventajas y sus costos colaterales. Entre los beneficios, logró que Nación achicara la deuda por obras públicas que había acumulado por prácticamente 5.000 millones de pesos la gestión de Mauricio Macri. E incluso, consiguió que Fernández dejara 9.000 millones de pesos adicionales por afuera del presupuesto para más infraestructura sanjuanina. Fue un rédito directo de la pertenencia política.

Por otro lado, por integrar el Frente de Todos Uñac tuvo que poner la cara aún cuando las medidas nacionales no fueran de su total agrado. La frustrada intervención estatal de Vicentín fue un claro ejemplo. El aborto legal que se trata este jueves en la Cámara Baja del Congreso es otro de los puntos conflictivos. Seguramente habrá otro amplio catálogo de incomodidades que fueron bien disimuladas.

El discurso de asunción de Sergio Uñac el 10 de diciembre de 2019

El 10 de diciembre del año pasado, Uñac dijo ante la Legislatura que 'con la conducción del presidente Alberto Fernández, Argentina inicia un recorrido que le permitirá estabilizarse e iniciar una etapa de crecimiento y desarrollo'. La recesión y la inflación se mantuvieron en niveles semejantes a los que dejó Cambiemos. El desempleo, la pobreza y la indigencia se agravaron. ¿Fue pura negligencia o falta de puntería? No. Hubo un contexto limitante.

La gente parece haberlo entendido de ese modo. Porque aún con todos los padecimientos económicos, Fernández llega al primer año de gestión con una imagen superior al 50 por ciento y un diferencial positivo que lo ubica como el segundo dirigente mejor considerado en todo el país, detrás de Horacio Rodríguez Larreta, según una encuesta de la Consultora Acierto que circuló en las últimas horas.

Alberto Fernández y Cristina en la asunción el 10 de diciembre de 2019

Si las cosas no salieron bien y aún así el oficialismo mantiene una parte importante del crédito social, esto significa que hubo una comprensión colectiva del momento extraordinario que sacudió el 2020. Hace un año, en la Legislatura sanjuanina, Uñac apostaba a un futuro promisorio. 'Tengo fe, siento que todos recordaremos este como un día especial, en el que comenzamos a transitar una Argentina nueva, una Argentina distinta'. Algunas cosas cambiaron.

Se reestructuró la deuda con los bonistas privados y se abrió una negociación con el Fondo Monetario Internacional, con el reconocimiento del organismo de que el pasivo tomado por Macri siempre fue impagable. Se desdolarizaron las tarifas energéticas. Se implementaron ayudas sociales como el Ingreso Familiar de Emergencia. Y auxilios a las empresas para pagar salarios, a través del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción, más conocido como ATP. Hubo una reducción de las retenciones a las exportaciones. La Salud y la Ciencia volvieron a tener jerarquía ministerial. La lista podría seguir.

En la víspera de este 10 de diciembre también habló Ella. En realidad, se expresó a través de una carta abierta, como lo había hecho el 27 de octubre, al cumplirse el décimo aniversario del fallecimiento de Néstor. Esta vez se privó de criticar al Poder Ejecutivo. No se refirió a los 'funcionarios que no funcionan'. Por el contrario, reivindicó la tarea hecha por Alberto y su equipo de colaboradores, 'para afrontar dos tragedias'. Se refirió a 'la economía arrasada del macrismo' y a 'la pandemia inédita'.

El posteo de CFK en redes sociales.

Cristina es, según la consultora Acierto, el principal flanco de críticas para Alberto. Todavía hay una construcción acerca del 'poder bifronte' o del 'doble comando'. Paradójicamente, sin el respaldo de la vicepresidenta sería terriblemente difícil sostener el gobierno, en función del núcleo duro que la sigue con fidelidad y que continúa mirando, en ocasiones, con un dejo de desconfianza algunas acciones de Fernández.

Uñac mantuvo los vínculos con cada sector del diverso Frente de Todos, pero se identificó mejor con el albertismo. Desde el punto de partida el sanjuanino abonó el pragmatismo. Quedó plasmado en aquel discurso frente a los diputados hace exactamente un año. 'No podemos repetir errores', dijo en una referencia directa al macrismo pero también, en una elíptica alusión al kirchnerismo. 'Dividirse fue un error', sostuvo.

Sin el Covid 19 a la vista, Uñac pronosticó que venían 'momentos difíciles' y que 'a la Argentina le tomará un tiempo retomar el camino del crecimiento'. Sin Coronavirus. Sin cuarentena. La pandemia hizo lo suyo y todos los planes tuvieron que esperar. La gente parece haber acompañado con tolerancia, a veces al límite de la paciencia. Hubo comprensión en la desesperación. Sepa el gobierno que la luna de miel terminó.


JAQUE MATE

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