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Hoy España – Cataluña

Además de Barcelona, en Cataluña hay otras provincias como Tarragona, Girona y Lérida y ciudades muy lindas para visitar como Figueres, Cadaqués, Besalú, Vic, Sitges y Pals. Hay muchas más pero hoy te mostramos éstas, yendo a nuestro aire y también en compañía de nuestros amigos catalanes.
domingo, 25 de julio de 2021 · 13:01

El origen de la voz Cataluña es variado.

Hay expresiones como Catalonia que aparecen en textos el rey Alfonso II le escribe a su esposa en 1174. Pero también dicen que la palabra viene de Gotholandia, país de los Godos, que eran como los francos llamaban a esa zona de la Hispania romana, aunque algunos dicen que viene de la época en que se construyeron castillos y la derivación de Catalonia,  y así Cataluña, seria conocida como Tierra de Castillos.

Pasó mucha historia, pero si hay algo que tiene Cataluña, es Orgullo y no sólo por la defensa de su idioma y sus costumbres. Como un pueblo no va a estar orgulloso de su lucha de independencia, que lleva siglos y que muestra su deseo con banderas catalanas colgadas de sus balcones, aunque el vecino cuelgue banderas españolas y esté a favor de lo contrario. Acá también  existe la grieta, incluso entre las regiones que le reprochan a Cataluña esa obsesión por sentirse siempre independientes del resto del país.

La lengua propia de Cataluña es el catalán y como tal es la lengua de uso preferente de las Administraciones públicas y de los medios de comunicación públicos de Cataluña y es también la más utilizada para la enseñanza. Por esa independencia hay luchas.

No vamos a entrar en muchos detalles, pero desde hace años existen votaciones en el Parlamento de Cataluña para tratar el tema de la independencia, aún en contra de lo que diga el gobierno central español. El parlamento, aprobó en el 2006, la definición de Cataluña como Nación, sin embargo, la Cámara de Diputados, ejerciendo competencias superiores, enmendó la propuesta y excluyó la definición de Nación del Estatuto, pero reconoció esta realidad catalana como nacionalidad, con símbolos propios como himno, bandera y fiestas patronales.

El 27 de octubre de 2017, el Parlamento de Cataluña convocó a elecciones para convertir Cataluña en República, pero en votación secreta, con ausencia de diputados de partidos opositores al independentismo quienes adhieren a la Constitución española que no lo permite. Ese día, el Senado Nacional, aprobó la solicitud del Gobierno de activar la Constitución Nacional, alegando vulneración de leyes en afán de sus ansias soberanistas. El Gobierno español destituyó al Gobierno catalán y convocó a elecciones el 21 de diciembre de 2017. Todos los partidos políticos aceptaron la convocatoria, incluso los nacionalistas catalanes, a pesar de su reticencia inicial. Ese día, los Mozos de Escuadra, la policía catalana, siguiendo órdenes centrales, destituyen al jefe superior, tomando el control el número dos del cuerpo policial, lo que llevó a que se produjeran incidentes con personas que fueron a reclamar a la Generalitat.

Por su parte, el ex presidente catalán, Carles Puigdemont, huyó a Bélgica, junto a cuatro consejeros, con la intención de internacionalizar el problema y fueron acusados por delitos de sedición, rebelión y malversación de fondos. Puigdemont, en rueda de prensa desde Bruselas, solicitó garantías de un juicio imparcial para volver a España, pero afirmando su deseo de quedarse en Bélgica y mantener su actividad política desde ahí. Desde entonces y dependiendo de la fuente, es considerado un fugitivo o un exiliado.

Tiempo después, Puigdemont es capturado en Alemania después de cruzar la frontera con Dinamarca. Luego fue puesto en libertad bajo pago de una fianza de 75.000 euros y el Parlamento Europeo votó a favor de retirar la inmunidad al ex presidente, decisión que abrió la puerta de la extradición a España, algo que festejó el gobierno español, afirmando que los problemas de Cataluña se resuelven en España y no en Europa.

Pero dejemos la política de lado y sigamos viajando por ésta hermosa región española.

Un paseo por Tarragona

En el año 2005, visité Cataluña por primera vez y en ese momento estuve en la localidad de Torredembarra, a solo 12 km de Tarragona. Una ciudad pequeña donde podes imaginarte la historia al caminar por su Plaza del Ayuntamiento, que fue patio de armas del Castel Nou, un palacio renacentista que hoy es sede del gobierno y además conocer la maciza iglesia de Sant Pere y la Torre de la Vila, que era parte de una muralla y un castillo ya desaparecido. Torredembarra fue escenario de una sangrienta batalla en la Guerra de Sucesión en los años 1700, pero hoy, si caminas por ahí, sólo disfrutas de sus callejones, su tranquilidad y una buena cañita (cerveza), acompañado por algunas tapas y un pa amb tomàquet (pan con tomate), que son rodajas de pan tostado, al que se le refriega ajo y un tomate maduro. Muy pegado a la parte antigua, está la ciudad nueva, nacida en los años 50, que no para de crecer, debido a las oleadas migratorias que llegan del sur español.

Tarragona es la capital de la provincia.

Una ciudad muy bonita junto al Mediterráneo, cuyo origen se remonta a los romanos, ya que primero fue campamento militar y después se convirtió en poblado. La historia de Tarraco comienza en el año 218 a.C. cuando los romanos llegaron a la Península Ibérica para combatir contra los cartagineses por el control del Mediterráneo. En un primer momento, Tarraco fue una pequeña base militar y luego se convertiría en la principal base militar romana de Hispania, donde militares, comerciantes y ciudadanos romanos se desplazarían a estos territorios en busca de nuevas oportunidades.

Durante los años 25 y 26 a.C, fue capital del mundo romano, donde el Emperador Augusto, se instaló en la ciudad para dirigir desde aquí las batallas con los cántabros del norte de la península. En ese momento de esplendor se construyen el teatro y el foro.

En el siglo II d.C se construyó el anfiteatro, una de las grandes joyas del patrimonio romano que aún se conserva en Tarragona. Allí se celebraban luchas de gladiadores y animales, exhibiciones atléticas y ejecuciones. Contaba, con un montacargas debajo de la arena que servía para elevar jaulas con fieras y gladiadores. El Anfiteatro impresiona no sólo por su buen estado de conservación, sino también por su ubicación junto al mar, tras las murallas de la ciudad. En su interior se hallaron restos de una basílica visigoda y una iglesia románica construidas varios siglos después. Delante del anfiteatro están los restos del circo, donde se realizaban carreras de cuadrigas, representaciones de teatro, juegos de circo y tenía una capacidad de 25.000 personas. Justo al lado, están los restos del Foro Romano, construido en el 73 d.C y fuera de la ciudad está el Acueducto de Ferreres o Pont del Diable, del siglo I a.C para llevar agua desde el rio Francolí hasta Tarraco.

La ciudad tuvo dos épocas de esplendor: la época romana y la Edad Media y por ello aún podemos ver numerosos vestigios de ambas épocas repartidos por el casco antiguo. Tarragona resurgió y volvió a tomar importancia, después de haber sido reconquistada por la Corona de Aragón quienes expulsaron a los moros.

Los restos de la Tarragona Medieval se ven en la Parte Alta y la Catedral es el elemento más destacable de ese legado. Su construcción es del año 1146 y recién fue consagrada en 1331. Se construyó sobre un área denominada sacra de culto imperial romano, que albergaba una gran plaza y el templo del Emperador Augusto. Sobre este lugar, en el año 475, se construyó una catedral visigoda, pero ya no quedan vestigios al ser demolida después de las invasiones musulmanas del año 711. Su arquitectura es una muestra de la transición de los estilos del románico al gótico.

Frente a la Catedral está La Pla de la Seu, un espacio que conserva el ambiente medieval de la ciudad, con caserones de estilo gótico como una antigua rectoría, la Casa Balsells, la Casa del Abad de Poblet y los Porches de la calle Mercería, rodeados por restaurantes y bares que le dan un ambiente tranquilo y apacible.

El Casco Antiguo está rodeado por la muralla cuya longitud, en el siglo III a.C era de 4 km, luego sería demolida en parte, restaurada y reforzada. Hoy, se conserva sólo 1 km de la muralla original, más una puerta de acceso y tres torres. También está el antiguo hospital de Santa Tecla (patrona de la ciudad) fundado en 1171, el barrio judío de la Plaza dels Àngels y el Castillo del Rey, construcción alrededor del cual nació la Tarragona medieval. 

A 6 km. de Tarragona está la Torre de los Escipiones, una torre funeraria construida en el siglo I, en el trazado de la Vía Augusta, la calzada romana que atravesaba la Península Ibérica desde los Pirineos hasta Cádiz.

En primavera se celebra la fiesta Tarraco Viva, donde la ciudad se llena de recreaciones históricas, rutas guiadas y actividades relacionadas con el pasado romano. Frente a la Catedral y durante las fiestas patronales, se juntan personas y arman los Castells, que son esas torres humanas de varios pisos de altura, una tradición que viene del siglo XVIII. No se sabe el origen, pero se cree que viene de danzas valencianas que terminaban con torres humanas. Con el tiempo, las torres tomaron importancia y se convirtieron en disciplina propia y muchas fiestas populares terminan bailando sardana, muy tradicional  en Cataluña.

Como dijimos antes, para moverse por Cataluña nada mejor que el tren de alta velocidad y en una oportunidad viaje desde Tarragona hasta Barcelona para encontrarme con nuestra amiga Marcela. El trayecto dura una hora más o menos y después de un rato de estar en el tren que circula siempre con el Mar Mediterráneo a tu derecha, veo que la gente comienza a inquietarse y varios se levantan de sus asientos para mirar por las ventanas que dan al mar. Que pasaba? Que miraban? Simple. El tren pasaba por la zona de playas nudistas y todos querían curiosear esas playas que apenas se ven a la distancia, desde las alturas y donde uno puede imaginar que eso que camina allá abajo es una persona desnuda.

Cataluña está rodeada de playas y la Costa Dorada, en Tarragona tiene más de 90 km de playas de todo tipo, desde calas en Mont-roig del Camp, acantilados en Torredembarra, hasta playas de arena fina y poca profundidad, en Salou, Cambrils, Calafell y Vendrell. Y si practicas naturismo podés ir a Playa del Torn en l'Hospitalet de l'Infant entre otras.

Otro día repetí el viaje y fui más allá de Barcelona, hasta Figueres en Girona, a 190 km de Tarragona, sobre la Costa Brava, una de las más famosas costas españolas, de gran belleza natural con acantilados y pequeñas calas, a sólo 60 km de la frontera francesa.

Girona, también fue fundada por los romanos, que le dieron el nombre de Gerunda y en varias etapas históricas fueron dejando su huella y hoy muestra un encantador casco histórico muy bien conservado, cerca del río Oñar. Con la enorme Catedral de Santa María construida entre los siglos XI y XVIII, en estilos románico, gótico, renacentista y barroco. En el casco histórico de Girona también existe La Judería, muy bien conservado, donde la comunidad judía vivió hasta el siglo XV. Pero también hay Baños Árabes dentro de un edificio romano, que no fue construido bajo dominio musulmana sino en el año 1194 imitando el estilo de los baños musulmanes. Lo interesante es que estuvieron en funcionamiento durante el medievo hasta el siglo XV.

Al llegar a Figueres, o Ficaris, como era conocido por los visigodos, te das cuenta que la historia fue cambiando, porque de la antigua muralla queda en pie sólo la Torre Gorgot que tiempo después se integraría al Teatro Museo Dalí. Durante la Guerra Civil Española fue leal a la II República y también fue bombardeada por el ejército golpista, cuando miles de refugiados atravesaban la ciudad en dirección a Francia para exilarse. Ya en la década de 1950 comenzó la recuperación de la ciudad gracias al turismo.

En ésta ciudad nació Salvador Dalí, quien creó el museo a su medida, agregándole una cúpula metálica y grandes adornos con forma de huevos en los dinteles superiores. En 1974, tuvo lugar la inauguración oficial del edificio, cuando aún no estaba terminado y durante el evento, la ciudad estuvo repleta de personas, hippies vestidos con colores llamativos, cámaras de televisión, bailarines, músicos y hasta un elefante. Allí vieron llegar a Dalí y Gala en su Cadillac descapotable y les entregaron la Medalla de Oro de la Ciudad. En 1989, Dalí muere y es enterrado bajo la cúpula del museo, uno de los más visitados de España, con más de 1 millón de visitantes al año.

Si queres seguir disfrutando del lugar, te sugiero que tomes un bus y visites el pueblo de  Cadaqués, a 30 km de distancia. Un pueblito de casas blancas a orillas del Mediterráneo, que era un antiguo pueblo de pescadores y lo lindo de pasar un día en Cadaqués es que todo está cerca, desde el Paseo Marítimo hasta el centro del pueblo, con sus plazoletas, portales, puertas pintadas de colores vivos y sin coches.

Muy cerca esta Port Lligat, lugar donde vivió Salvador Dalí parte de su vida. Es imposible hablar de Cadaqués y que no aparezca por algún rincón el genial artista catalán. Allí se inspiró, pintó y vivió con intensidad. Hoy su casa es un museo, aunque se mantiene como la dejó el artista al morir su adorada Gala. El Museo Salvador Dalí, es visita obligada para conocer el universo del pintor. Fue abierta al público en 1997 y podés ver recuerdos, su taller, su biblioteca, sus habitaciones, la zona del jardín y la piscina y varios elementos que simbolizan el estilo del artista con innumerables huevos, cabezas, el palomar de las horcas y la escultura El cristo de los escombros, hecha con los restos de un diluvio. Tras el fallecimiento de Gala en 1982, Dalí nunca volvió a Port Lligat. El falleció en 1989 y en la casa se construyó el pequeño museo que recibe unas 150.000 personas al año.

En el punto más alto del casco antiguo está la iglesia de Santa María de Cadaqués, del siglo XVII, en estilo gótico y fachada blanca, donde destaca su campanario de base cuadrada y parte superior octogonal. Cadaqués atrajo artistas de la talla de Federico García Lorca, Pablo Picasso, Joan Miró, Richard Hamilton o Marcel Duchamp.

Otro lindo lugar para visitar se encuentra a unos 70 km de distancia de Tarragona y es el Monasterio de Santa María de Montserrat, un complejo monacal benedictino ubicado en plena montaña, a unos 720 mts de altura y para llegar hasta allí es necesario hacerlo en funicular.

La leyenda dice que en año 880 apareció la imagen de la Virgen Negra de Montserrat y a partir de ese momento comenzó el culto a La Moreneta, hasta que en el año 1025 se fundó el monasterio y entre los siglos XII y XIII se construyó la iglesia. De esa época viene la talla de la Virgen que se venera actualmente.

Se dice que San Lucas talló la talla de madera de la Virgen de Montserrat, ​a imagen de la madre de Jesús, pero San Pedro​ debía llevarla a Roma y en su traslado la escondió en cuevas para evitar que los moros la roben. Es de suponer que estos personajes no eran los apóstoles ya que no corresponden las épocas de sus nacimientos, pero si la fecha de creación del Monasterio durante la invasión musulmana de la península, que se extendió desde el 711 al 1492 y que coincide con el descubrimiento de América, durante el reinado de los Reyes Católicos. La invasión de los moros se extendió por 8 siglos.

El monasterio se convirtió después en santuario y aumentaron donativos y limosnas y esto permitió un crecimiento constante del recinto religioso y de su influencia en el territorio.

A pesar que en 1812, las tropas napoleónicas lo incendiaron y saquearon, perdiéndose muchos tesoros, el monasterio fue restaurado completamente, ya que sólo quedaron algunas paredes.

Desde fines del siglo XIX el monasterio no dejó de crecer y hoy tiene una de las mejores bibliotecas de España con más de 300.000 volúmenes, además, ésta pequeña ciudad en las montañas tiene una gran plaza central, sitios para hospedarse y comer, una basílica, la cueva sagrada y recibe 3 millones de personas al año, que llegan a meditar, descansar o tal vez escuchar el Coro de la Escolanía de Monserrat, considerado la escuela de canto más antigua de Occidente, ya que fue fundada en el siglo XIII.

Una leyenda cuenta que en 1940, durante la época del​ III Reich de Adolf Hitler, acudió a este lugar, Heinrich Himmler,​ quien buscaba el ​Santo Grial. Himmler le pidió al único monje que hablaba alemán, que le indicara el camino de la biblioteca de Montserrat. El objetivo de Himmler era encontrar información sobre ​Percival, aquel caballero del Rey Arturo, con la idea de hacerse de poderes ocultos capaces de ayudar a ganar la guerra. Después de horas, Himmler se marchó del lugar, sin saber que pudo encontrar.

Un Paseo con Amigos

En nuestro último viaje, nuestros amigos nos llevaron a recorrer un poco de Cataluña.

Al volante, Carles, a quien conocemos desde que tenía el pelo largo a lo Claudio Caniggia y usaba pantalones de gabardina y camisas floreadas, al estilo Flower Power, y cada vez que un coche se acercaba demasiado, él les tocaba bocina y decía:

- La madre que lo pario, que quiere éste que se cruza?

- Quedate en tu lugar carajo.

Yo de acompañante, escuchando historias de independencia y por qué los catalanes piden lo mismo desde hace siglos, mientras sigo atento al camino y de a ratos cabeceo una siesta. La radio no funciona porque se perdió la seña y pienso: de donde se le baja el volumen a este tío que muestra su orgullo catalán y plantea su deseo independentista del resto de España?

Pero también pienso, como no tener orgullo de Salvador Dalí, ese loco pintor y escultor que dejó regada su obra desde Barcelona hasta Figueres donde descansan sus restos, llegando incluso a San Petersburgo en el estado de la Florida, Estados Unidos, con un museo maravilloso.

Como no tener orgullo de Antoni Gaudí y sus obras maravillosas, entre las que resalta La Sagrada Familia de Barcelona.

Como no tener orgullo de adoptar al malagueño Pablo Picasso, quien se desenvolvió a sus anchas en Cataluña y dio rienda suelta a su ingenio y sus fantasías. Y también artistas de la talla de Joan Miró, Joaquín Mir o Santiago Rusiñol. 

Como no tener orgullo de haber organizado un Juego Olímpico en 1982, mostrado que el mundo puede unirse para un evento como éste, sin importar creencias políticas o religiosas.

Como no tener orgullo de Joan Manuel Serrat, que con sus canciones conquistó a varias generaciones desde hace más de 50 años, siendo Mediterráneo su tema emblemático.

Como no tener orgullo de sus tradiciones, de sus comidas: su pa amb tomàquet, sus escalivadas, sus butifarras, sus buñuelos de bacalao, sus mariscadas, su crema catalana, sus carquiñoles, sus típicas salsas alioli y romescu, su crema catalana, sus panellets, sus cava de Freixenet y Codorniú.

Como dijo el filósofo argentino Lionel Messi, durante los festejos del Barcelona F.C.

- ¡Visca el Barça, Visca Catalunya y aguante Argentina la c… de su madre!

Marcela, junto a Jofre y Silvia, duermen una siesta, mientras vamos a conocer algunos pueblos medievales de Cataluña. Son varios, todos bonitos y están ubicados a distancias que van desde los 70 km a 200 km de Barcelona. Si queres hacer un lindo recorrido podes elegir Montblanc, Poblet, Guimerá-Talamanca, Besalú Santa Pau, Vic, Pals, Castelló d´Empúries, Monells-Cruïles, Peratallada, entre otros. Nosotros visitamos algunos de ellos, pero también fuimos a Sitges, la perla del Mediterráneo.

Algunos pueblos medievales

Besalú es tal vez uno de los pueblos medievales más famosos de España y para ingresar, es necesario caminar a través de un puente que transporta al viajero en el tiempo, hasta entrar en sus acogedores callejones empedrados que le dan vida al pueblo. El puente fue construido en el siglo XII para cruzar el río Fluviá, tiene dos grandes portales de ingreso y siete arcadas, con una longitud 150 metros. Aquí funcionaba la aduana donde se cobraba porcentaje a las mercancías que ingresaban al pueblo. Este sitio está plagado de turistas que intentan tomar su mejor panorámica del lugar y ya al cruzar el puente, comienzan a aparecer diversas tiendas que ofrecen souvenirs, regalos y artesanías.

Quizás te parezca en demasiado buen estado para un puente que está en el mismo lugar desde hace 1.000 años y no te equivocas, porque éste puente no es el original, sino una versión reconstruida varias veces. De hecho, también fue explotado durante la Guerra Civil y recién en los años 60 lo volvieron a reconstruir.

Besalú tiene su propio castillo construido sobre un cerro, donde están los restos de Santa María (patrona del lugar) y alrededor se conformó la ciudad que hasta el día de hoy se mantiene casi intacta. Venir acá es como viajar al siglo X, aunque el trazado actual no responde a su estado original, sí permite que te des una idea del aspecto que tenía en la Edad Media.

Además del puente, podes visitar la iglesia del Monasterio de San Pedro de Besalú, un monasterio benedictino del siglo X, con dos leones que decoran la fachada y representan el poder de la iglesia para proteger a los fieles de las maldades; La Antigua Judería, El Call, como se llamaban estos barrios judíos, que contaba con varias sinagogas, aunque hoy quedan pocos de esos edificios, pero su gran joya es un mikvé del siglo XII, que es un baño antiguo utilizado por los hebreos en los actos de purificación corporal. También en el casco antiguo está la Iglesia de Sant Vincenc cuya historia viene del siglo X.

Se sabe que la convivencia entre judíos y cristianos era buena. Los judíos eran artesanos, banqueros y médicos y los cristianos se ocupaban del cultivo de la tierra, pero durante la Peste Negra, los judíos fueron acusados por el desastre que causó la epidemia y el Papa Benedicto XIII los obligó a separarlos del resto de la población.

La belleza y el aire histórico de sus calles convirtieron a Besalú en lugar cinematográfico y en mayo del 2019 recibió el rodaje de la tercera temporada de la serie de HBO Westworld. Los creadores buscaban un lugar que conjugase antigüedad y modernidad, y la transformaron en un pueblo italiano bajo dominación nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Pero también acá se filmaron escenas de Games of Thrones.

Otro pueblo es Vic, y hablar de él significa hablar del mercado medieval de los sábados. Conocido por los romanos como Ausa Ibérica, la ciudad creció en anillos concéntricos alrededor de su plaza, centro del núcleo medieval, donde se conserva un templo romano del siglo II d.C, pero recién se descubrió cuando se remodeló un castillo y se percataron que parte de la construcción era romana. Fue ocupada por los moros en el año 718 que destruyeron su catedral. Vic no tiene monumentos de renombre, sólo le alcanzan sus edificios góticos, sus murallas y calles empedradas, más que suficiente para que cada fin de semana se llene de turistas.

Por su parte, Pals, se menciona por primera vez en el año 889 en un precepto del rey Odón de Francia y durante siglos, los reyes cedieron el castillo a los obispos de Girona y a las familias nobles. También es un pueblo medieval, dominado por edificios góticos, que hacen que caminar por ahí sea una linda experiencia y aunque el pueblo es pequeño, su territorio se extiende hasta el mar, donde sus playas se llenan de turistas que vienen a la Costa Brava a disfrutar.

Sitges

El turismo llegó acá a fines del siglo pasado y cambió la localidad costera para siempre. Con casas blancas junto al mar, ajenas a la vorágine de Barcelona, hasta la llegada del tren y el telégrafo. Los primeros en descubrir este pueblo de pescadores, que mantuvo su encanto con su casco antiguo y sus playas bañadas por el Mediterráneo, fueron los pintores y bohemios modernistas de Barcelona, los turistas llegaron después.

No podes perderte de recorrer su Paseo Marítimo o Passeig de la Ribera, que van desde  la Parroquia de Sant Bartomeu i Santa Tecla hasta los Jardines de Terramar, donde vas bordeando las playas urbanas, disfrutas de la brisa del Mediterráneo y ves las fachadas de los edificios modernistas y la vida diaria local. Sitges tiene kilómetros de playas variadas, tranquilas o concurridas, pequeñas calas o amplias de arena fina, familiares o aptas para nudistas. La variación es grande y todas tienen su encanto.

Seguro dirás, Sitges está lleno de gays y la realidad es que acá se produjo una liberación sexual hace años, de hecho la ciudad se jacta de tener la primera playa nudista que los homosexuales hicieron suya en los años 30. Acá también se celebran desfiles de la comunidad LGBT durante el mes de junio y desde hace años se realizan espectáculos, conciertos, desfile de carrozas y cierres con fuegos artificiales.

Pero de todas formas, si no tenes prejuicios, te cuento que Sitges en una linda ciudad donde vivir siempre y cuando cuentes con dinero suficiente para poder comprar un departamento, ya que es la segunda ciudad más cara de España, con el metro cuadrado que supera los 5.400 euros.

Pero hasta acá llegamos hoy con esta parte de España. La próxima semana visitaremos otros sitio que ojalá les guste. Los esperamos.

 

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