OPINIÓN

¿Qué les pasa a los bloquistas?

El 2023 pondrá a prueba la sociedad con el peronismo. No solo hablan de competir en los 19 departamentos sino también de presentar candidato a gobernador.
miércoles, 20 de octubre de 2021 · 09:45

Entró en ebullición el socio dilecto del peronismo dentro del Frente de Todos. Primero fue la vicepresidenta del partido, Laura Adámoli, quien dijo en Banda Ancha que sueña con tener candidatos propios en los 19 municipios en 2023. Después fue la diputada nacional Graciela Caselles, también en este medio, quien se lanzó por la intendencia de la Capital, generando un remezón interno. Y este martes el diputado zondino Edgardo Sancassani cantó retruco, al decir que piensan llevar fórmula para gobernador y vice dentro de dos años.

¿Fue una expresión de deseo solamente? ¿Es una manifestación testimonial o es una revelación de lo que está cocinándose desde hace tiempo? Parece oportuno desmenuzar el escenario para evaluar la seriedad de las afirmaciones.

Primero hay que acotar que hasta 2007 el peronismo y el bloquismo compitieron siempre en San Juan. Fueron rivales irreconciliables. Cada comicio los encontró a uno enfrentado con el otro. En 2003 una parte del partido de la estrella, con Leopoldo Alfredo Bravo como conductor, firmó una alianza con José Luis Gioja. El resto decantó naturalmente y cuatro años más tarde comenzaba a funcionar una sociedad electoral exitosa,con el bloquismo orgánico asociado al justicialismo y un par de disidentes luchando contra molinos de viento por afuera.

El mayor ícono de esa alianza estratégica tal vez sea la banca de Caselles, quien está cursando su cuarto mandato consecutivo en el Congreso Nacional. Todo un récord y siempre como candidata del Frente para la Victoria originalmente, o el Frente de Todos después. Precisamente ella fue quien hizo punta en la idea de empezar a transitar un camino autonomista. Fue durante la interna, cuando estuvo a punto de enfrentarse con Luis Rueda por la conducción partidaria. Finalmente el intento no prosperó y el joven subsecretario de la Unidad Gobernación logró alinear a toda la tropa.

Sin embargo, Rueda solo consiguió suturar viejas heridas con la promesa de devolverle el protagonismo perdido al partido. Eso estuvo a punto de suceder en 2021 pero se frustró sobre la hora. El propio Sergio Uñac admitió que evaluaba abrir la posibilidad de que el bloquismo pudiera competir en la primaria con candidatos propios para la legislativa de mitad de mandato. Pero terminó imponiéndose la unidad.

Fue una oportunidad perdida para unos y para otros. Era la única manera de conocer cuántos votos lograba reunir por su cuenta el bloquismo en cada departamento. Para los herederos de Federico Cantoni, implicaba sacarse una espina. Para algunos peronistas, era el momento propicio para desnudar la debilidad de su socio ocasional. Para esos dirigentes del PJ, el acuerdo con el partido de la estrella les cuesta demasiado caro en comparación con el caudal electoral que aportan. Pero son todas conjeturas, de uno y de otro lado. La única forma de verificarlo se perdió cuando se descartó la primaria el 12 de septiembre.

La relación de Uñac y Rueda es el gran prenda de unidad entre ambas fuerzas políticas. Es la garantía. ¿Qué sucedería en 2023 si Uñac ya no fuera candidato a gobernador? Hay una discusión constitucional pendiente, acerca de si está o no habilitado para ir por otra reelección. Dejando de lado ese factor -no menor- está lo político. Si el pocitano buscara otro rumbo, ¿el bloquismo se sentiría por primera vez liberado y envalentonado para encarar una campaña por sus propios medios incluso rivalizando con el PJ? Puntos supensivos.

Los peronistas tienen una cuestión no resuelta acerca del proyecto provincial. Algunos prefieren hablar desde el 2015 en adelante, cuando empezó la gestión uñaquista. Otros retroceden hasta 2003, para anclar el proyecto a la etapa de José Luis Gioja. Este martes, Sancassani corrió un poco más atrás el calendario. Dijo que la política de Estado de mantener el equilibrio fiscal empezó con Wbaldino Acosta y Enrique Conti en 2002. Y que después los gobernadores justicialistas siguieron ese camino trazado. Ante los oídos peronistas pudo sonar a provocación.

'Lo iniciamos nosotros, lo hizo el ingeniero Gioja y lo continuó Uñac', ratificó Sancassani plenamente consciente de lo que había venido a decir en Canal 13.

Con sobriedad, el zondino igualmente pasó factura de las tensiones que hoy se respiran: 'No se puede decir que es una sola fuerza política la que gobierna. Encabeza el gobernador, pero tiene 30 fuerzas políticas con él. El bloquismo es una de las más importantes que hace su aporte'. Claramente no fue un arrebato suyo en el momento sino el producto de largas horas de cabildeos.

Valga la obvia aclaración: para competir con listas propias, para gobernador y vice, diputados proporcionales, diputados departamentales, intendentes y concejales en los 19 departamentos, hay que tener candidatos competitivos, con cierto grado de conocimiento e imagen positiva. ¿Cuántos hombres y mujeres tiene el bloquismo en condiciones reales para confrontar eventualmente con el peronismo? Ellos sostienen que hay una renovación imporante, que hay jóvenes con apetito dispuestos a dar la batalla. 

¿Significa todo esto que el bloquismo esté considerando romper con el justicialismo? No por ahora. Sin embargo, está empezando a pesar la relación asimétrica. Según una alta fuente partidaria, la línea de largada ya está trazada. En marzo de 2022 empezarán los movimientos para instalar figuras propias. Si llegan a destino o se frustran como la primaria legislativa que no fue, eso todavía tiene final abierto.


JAQUE MATE